Comentario de Agustín Gallego
No es posible visualizar una ciudad más sostenible sin poner en marcha planes de movilidad y accesibilidad. Cuesta creer que, en pleno 2023, Lugo siga teniendo dos únicas formas viables de llegar a los sitios: a pie y en coche. Para concebir cambios a largo plazo es fundamental darle prioridad a medidas que cubran las necesidades urbanas básicas. Una de ellas es poder desplazarse de un lado a otro de la ciudad en vehículos ligeros con seguridad y sin complicaciones.
Durante los últimos años, el carril bici ha sido víctima de la dejadez y la mala planificación del gobierno municipal. No se ha mostrado prioridad alguna a la hora de implantar algo tan esencial como una ciclovía que recorra toda la ciudad de manera continuada. Tampoco se ha promovido el uso de los escasos y limitados tramos que ya existen, como la senda verde, un carril constantemente obstaculizado.
A pesar de todos estos factores críticos, aún no ha habido lugar para la rectificación. No es serio hablar sobre altura de miras cuando no se repara en crear concienciación sobre el empleo de transportes alternativos no contaminantes. Lugo necesita zonas seguras y adaptadas para poder fomentar la micromovilidad y estar más cerca de ser una ciudad completamente sostenible y accesible, con la capacidad de facilitar la rutina de residentes y visitantes. Recordemos: que la población pueda contar con formas de transporte saludables y asequibles no es un privilegio, es una necesidad. Deben crearse iniciativas y actividades que fomenten esta práctica entre colectivos como los jóvenes, las familias o las personas trabajadoras.
Comprometerse a fomentar el uso seguro y accesible de transportes es el primer paso para conseguir un Lugo mejor. Comprometerse a gestionar la micromovilidad… es altura de miras.