Comentario de Agustín Gallego
¿Se imaginan poder llegar al río sin ninguna barrera en el camino? ¿Contar con un paso directo hacia una de las zonas clave de Lugo?
Desde hace tiempo, la N-VI ha sido motivo de debate político y la cuna de una serie de intervenciones que no dejan de esconder el potencial de nuestra ciudad. El Gobierno municipal llegó a gastar más de dos millones de euros en la construcción de una pasarela y un pasadizo subterráneo sobre la Nacional que se limita a cumplir la función de cruce entre un lado y el otro. Sin embargo, todavía no existe la manera de poder acceder al río desde el casco urbano sin impedimentos.
Sin duda, un presupuesto tan elevado podría haber abarcado iniciativas que nos acercasen más al modelo de ciudad sostenible que se busca conseguir, como soterrar toda la carretera. La construcción de un túnel desde la calzada romana hasta el Carrefour serviría para unir el barrio da Cheda al centro sin obstáculos, un cambio que ayudaría a mejorar la seguridad vial, aumentar las zonas de uso público y, sobre todo, a conectar una parte significativa de la población lucense y de los visitantes con una de los lugares con mayor biodiversidad y riqueza biológica de nuestra ciudad.
Para llegar a ser no sólo verde, sino accesible para el ciudadano, Lugo necesita medidas a la altura. Lugo debe llegar al Miño sin barreras.
Lugo necesita… altura de miras.