Altura de miras es...
completar la Ronda Este

Sin duda, lo es, y los lucenses lo tenemos claro. Con los años y, entre otras muchas cosas, Lugo se ha convertido en un símbolo de la mala gestión vial, y sus residentes en víctimas de los retrasos, los gastos innecesarios y la contaminación. Es especialmente a las dos y media y a las ocho y media, horas clave para trabajadores y estudiantes, cuando se producen masas de tráfico surrealistas en zonas como la carretera provincial del Rato y Fontiñas. 

Desatascar los núcleos de entrada y salida de una ciudad es primordial para conseguir que sus habitantes cuenten con la mejor calidad de vida posible, y es que no es serio hablar del bienestar de la población e invitar a los jóvenes a asentarse en Lugo si tienen que salir de sus casas tres cuartos de hora antes para llegar puntuales a sus destinos. 

Esta situación sin duda mejoraría si se llevasen a cabo las labores necesarias para completar la ronda norte y enlazar el centro de la ciudad con la carretera Lugo-Ourense. Es por este motivo que la ciudadanía, así como diferentes colectivos sociales y los gobiernos local y provincial, llevan demandando la construcción de una ronda que cierre el anillo de circunvalación de la ciudad desde hace ya más de una década. De hecho, no fue hasta el pasado marzo cuando por fin se aprobó el proyecto que pretende completar la Ronda Este, configurando una sortija de circunvalación conjuntamente con la N-640 y la N-VI, y cuya inversión está prevista que llegue a los 20 millones de euros. Eso sí, ¿cuánto tardará en funcionar esta intervención, más que necesaria para potenciar la funcionalidad de la ciudad?

Lo que está claro es que no será posible hablar de calidad de vida para los lucenses mientras los núcleos urbanos que conectan las entradas y salidas principales de la ciudad permanezcan colapsados. Completar el cinturón que circunvala la ciudad de Lugo es una prioridad. Es altura de miras.