Reflexiones médicas de la Dra. Luisa Velasco Prieto
Los profesionales definen la fibromialgia como “una afección crónica que causa dolor en todo el cuerpo, fatiga y otros síntomas. Las personas con fibromialgia pueden ser más sensibles al dolor que aquellas que no la tienen. Esto se conoce como percepción anormal del dolor.”
Hasta hace poco pensaba que la fibromialgia era como una religión: yo creo que es una enfermedad, yo no creo… Esta religión cuenta con adeptos acérrimos y con detractores entusiastas.
Los creyentes piensan que es la peor de las enfermedades posibles: dolor crónico, generalizado e intratable; insomnio; depresión; trismus; molestias digestivas; etc. Los pacientes se sienten incomprendidos, víctimas de una sociedad globalizada que les roba su derecho a enfermar y a sentirse enfermos.
Los detractores defienden a capa y espada la ausencia de enfermedad, considerándola una invención para no trabajar y chupar de la “teta del estado”. Una herramienta más de personas dependientes que han creado su propio sistema de llamadas de atención que pretenden elevar al rango de enfermedad y, de paso, volver locos a los profesionales con los que se topan. Nada sirve, nada funciona, nada está bien, todo son quejas, soluciones inalcanzables, incomprensión. No sirven los fármacos, ni ejercicio, ni estilos de vida…
¿Es la fibromialgia una cuestión de creencias?