Oración ante el Muro
de los Lamentos

Plegaria para que se acabe la guerra en Palestina

Oh Dios de Abraham,
tú que conoces mis culpas y mis silencios,
júzgame con justicia verdadera;
y cuando tu veredicto llegue,
si soy inocente, no me conviertas en estandarte,
sino en humilde testigo de tu verdad y misericordia.

Enséñame, Señor,
muéstrame el dolor que nos envuelve,
haznos ver el odio y la maldad que destruyen la Tierra Santa,
las guerras que asolan Palestina,
el llanto de Gaza bajo el fuego implacable,
las casas derribadas, los niños que no tienen voz.

Y también, revela tu infinito amor,
tu abrazo de paz y esperanza para los inocentes,
para quienes no reciben justicia de los hombres,
para los que sufren sin consuelo.
Muéstranos, Padre. Muéstranos.

Haznos comprender que la esperanza no se pierde,
aunque a veces paguemos justos por pecadores.
Muéstranos a los que se congregan
en la asamblea de los vanidosos
y dinos si forman parte de tu consejo en la tierra.

¿Acaso son tantos?
Generaciones enteras,
plantaciones eternas de sombras,
que no proclamarán tus maravillas,
pero que con palabras vacías intentan lavar su culpa,
buscando la abundancia de tu perdón,
sin llegar a formar el pueblo de tu gloria,
ni el pueblo de tus mártires,
ni ser nación consagrada,
ni hallar el pueblo que les falta,
como aquel que tú, Dios de Israel,
guiaste a Jerusalén cuando regresaron.

Ellos plantaron raíces en los abismos,
en los barrancos profundos,
y levantaron el Templo Sagrado,
que fue derribado por el poder de los arietes romanos,
quedando solo un muro:
el Muro de los Lamentos.

Lugar sagrado que estremece el alma,
donde tu revelación se hace presente,
donde espero la venida del verdadero Mashiaj,
y donde puedo colgar, en silencio,
todos mis pecados,
mis miedos y mis plegarias por la paz,
por la tierra herida,
por los inocentes de Gaza,
por el llanto de Palestina.

Oh Señor,
haz que en medio del desgarro y la guerra
broten tu misericordia y tu paz;
que se acabe la violencia y el odio,
que florezcan la justicia y el perdón,
que el pueblo escogido y todos los pueblos
caminen juntos hacia la luz de tu Reino.

Amén.

Vicente Piñeiro