Poema compuesto de 2000 estanzas en octavas reales (16.000 versos endecasílabos), agrupadas en 15 cantos de longitud variable.
En memoria de mi padre,
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1
Para canonizarte te presento,
Tú para mí siempre serás bendito,
Cuando voy a tu iglesia voy contento
Lo digo en este poema bien escrito,
Me asombras y yo admiro tu talento.
Santo Mateo real o solo un mito
Y admiro la destreza de tus manos
Que abren una puerta a los cristianos.
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2
Oh maestro, maestro entre maestros,
Asómbrame por siempre que te admiro,
Picapedrero tú, de los más diestros,
En tu obra te veo y miro y miro.
Un cristiano, maestro de los nuestros,
Asómbrame y enséñame, a eso aspiro,
A eso aspiro, maestro, a tu pericia,
Tu escoplo que a las piedras acaricia.
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3
Es grande la esperanza, la ilusión.
Oh maestre, oh santo de los Croques,
Que buscamos tu imagen con pasión
En tu obra recobrada con retoques.
La madre iglesia canta una canción,
Tal vez con mi cabeza un día choques.
Vendrá tu santidad maestro piadoso,
Te he visto y hemos hablado, soy dichoso.
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4
Busco, maestro, busco tu saber
Y choco mi cabeza en tu cabeza,
De esa forma tal vez la he de obtener,
A veces voy cargado de tristeza,
Hasta que llego a ti para beber,
El arte, el casto abrazo, la belleza,
La expectación de tu obra misteriosa,
Una puerta hacia el cielo asombrosa.
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5
Muchos buscan, Mateo, sabiduría,
Generaciones buscan tu esplendor,
Caminan y caminan noche a día,
Si un día es bueno el otro aún es mejor.
Con eterna esperanza y alegría,
Recorren los caminos con amor,
Buscando a Dios, el arte y la luz,
Al maestro detrás del Parteluz.
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6
Grandiosa es para ellos tu magna obra
Y un hato de malvados ahí te espera,
Ahí te esperan, Mateo, cual la cobra,
Entre ellos Satanás se desespera.
Su carácter afrenta, insulta, sobra,
Es poderoso, maestro, no es cualquiera,
Con sus demonios reina en los abismos,
Diablos y hombres que a veces son los mismos.
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7
A veces veo a miles de piadosos,
Miles, generaciones que en ti habitan,
Van a Santiago, acuden, van golosos,
Si llevan flores nunca se marchitan.
Algunos son como ángeles virtuosos,
A veces muchedumbres que se agitan.
Por el camino vieron a un asceta,
Que le dictó unos versos a este poeta.
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8
Estás ahí solo, al fondo, estás sentado,
Detrás del Parteluz, picapedrero,
Ahí como un don nadie, apartado,
Un albañil no es santo, es un obrero,
Estás solo en tu pórtico ahí sentado,
Tu antro poético es como el de Homero,
Tu cincel retumbaba en la caverna,
Construyendo una obra, hermosa, eterna.
Vicente Piñeiro
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